Un amor inesperado

Ha llegado el momento de contar nuestra historia, una historia de amor. Todo comenzó en la hermosa mañana del día 22 de mayo del año 2015; había un evento en el colegio donde estudiaba, estaba reunida con un grupo de amigos bailando y cantando, cuando de repente se acerca un chico y me dice ¿bailamos? Yo, nerviosa pero sin pensarlo dos veces acepté, comenzamos a bailar y terminamos cuando el evento acabó. 12:00 (medio día) llegaron por mí, llegué a casa y solo recordaba a aquel chico, de cejas pobladas y sonrisa encantadora. Pasó el fin de semana, al despertar el lunes, recordé aquel baile y con ansiedad de verlo, de ver a aquel chico y saber de él, me alisté y me fui al colegio. Al llegar no lo vi, entramos a clases; yo iba en octavo grado (8°) y no sabía de qué grado era él. A las 9:30 a. m. tocaron el timbre de salida al descanso iba saliendo del salón cuando lo vi, iba caminando por el pasillo, con su uniforme de técnica, allí, en ese momento supuse que era de grado 10° o 11°, y de técnica auxiliar de servicios farmacéuticos, porque ese era el uniforme que portaba. No pude contener mi sonrisa ni evitar sonrojarme, mis compañeros comenzaron a molestarme y por supuesto no me atreví a hablarle.

A partir de ese momento solo esperaba a que pasara cerca para detallarlo y observar sus expresiones, la manera como caminaba y demás. A los tres (3) días supe que iba en grado decimo (10°), por medio del primo de mi mejor amiga, ya que estudiaban juntos.

A la semana siguiente estaba con mi grupo de amigas, mi mejor amiga nos pidió que la acompañáramos a buscar al primo, nos dirigimos a la biblioteca y allí estaban los dos, el primo de mi amiga y aquel chico que con solo mirarlo me sonrojaba, y quizá él tenía el solo recuerdo de aquel baile… mis amigas comenzaron a molestarme y una de ellas se atrevió a llamarlo y se presentó, yo solo me aleje un poco con la intensión de quedar de ultima y así fue, miraba como las demás se presentaban hasta que llegó mi turno, sonrojada, nerviosa y hasta temblando lo miré, me pidió que me acercara y así lo hice, nos dimos la mano y nos presentamos, él me dijo me llamo Jacob y yo el mío, Alice. Casi al finalizar el descanso, estaba sentada con una de mis amigas en uno de los bordes del pasillo cuando él se acercó y comenzamos a hablar. Las horas de clase acabaron por ese día, al llegar a casa prendí la computadora y busqué su perfil en Facebook y me di cuenta que por alguna razón ya éramos amigos en redes sociales, en la tarde recibí un mensaje y era de él, decía hola, el cual contesté pocos minutos después, allí comenzamos a hablar, a conocernos, a preguntar cosas de cada uno. Quedamos en encontrarnos el día siguiente en la cancha del colegio, iba caminando cuando lo vi, me puse súper nerviosa, de hecho soy muy tímida y cuando cerca de él era el doble. Bueno, nos saludamos y nos fuimos a caminar, hicimos un tour por todo el colegio, hablamos de todo; nos sentamos en la famosa media luna y allí me dio un beso en la mejilla (quedé encantada). Así nos seguimos hablando y viéndonos en la media luna. Pasaron los días y cada vez me gustaba más. El 16 de junio del mismo año, Jacob me dijo que fuéramos novios a  lo que contesté con un sí, era un gran riesgo pues a mí no me dejaban tener novio, pero aun así acepté, era mi primera y más grande travesura o aventura por decirlo así. Aun sin saber mi familia había muchas personas que se oponían a esa relación, decían que él era mayor, entre otras cosas.

 Pasaron los días y salimos a vacaciones, como en mi casa no sabían que tenía novio y tampoco me dejaban no podíamos vernos además yo tenía tan solo 13 años por lo tanto no me dejaban salir mucho, al retomar clases nos volvimos a ver en el colegio, días después cumplimos nuestro primer mes de ser novios, pero pese a todo lo que me decían mis compañeros yo decidí terminar la relación pero aun así nos seguimos hablando, él tenía mi foto en su perfil de whatsapp, pocos días después mi familia se enteró por esa foto ya que mi hermana tomo mi celular y la vio. Y el castigo que quizá en algún momento pensé que llegaría, llegó; me quitaron el celular por dos (2) semanas y me prohibieron seguir hablando con él, pero como dicen por ahí lo que más prohibido está más gusta. A pesar de  todo lo que estaba pasando con mi familia yo seguía hablando con él y no solo eso, volvimos a ser novios y seguimos pasando momentos agradables juntos, cuando llevábamos 2 meses mi familia se dio cuenta nuevamente de mi relación con Jacob y  esa vez si fueron al colegio y no sé si afortunada o desafortunadamente pero él ese día no fue al colegio, otra vez estaba castigada, y con el mismo castigo, pero yo hacía caso omiso y seguía con él. Juntos en los descansos, juntos en horas libres, juntos en jornadas de aseo y en actividades culturales.

Cuando nos faltaba solo un par de días para cumplir 4 meses mi hermano más celoso se dio cuenta de que aun éramos novios, mis padres se enojaron y al lunes siguiente fueron al colegio y hablaron con el Rector, pusieron la queja, después de eso nos citaron a Jacob y a mí en psicorientación, la psicóloga (Aura Estela) nos habló y nos preguntó varias cosas, durante esa semana mis padres siguieron yendo al colegio a hablar con la psicóloga y un día nos tocó entrar a todos; mis padres, Jacob y yo, mi padre estaba muy enojado así que se levantó y se fue. Cuando terminamos de hablar salimos de la oficina, mi madre con una sonrisa comprensiva me dijo te trae loca hija, me dio un beso y se fue.

 

Estábamos en descanso, Jacob se acercó a mí, nos tomamos de la mano y fuimos a caminar como aquel día que hablamos bien por primera vez juntos, nos sentamos bajo la sombra de un bello y grande árbol, él se quitó  una cadenita, me tomó de las manos y me la entregó, me dijo es para ti, le dije colócamela, él lo hizo y desde ese entonces esa cadenita sencilla pero hermosa la llevo puesta siempre. Al otro día tuvimos la última reunión con la Sra. Aura, al final mis padres terminaron por aceptar pero no del todo.

Así continuamos, ya casi era oficial nuestro noviazgo. Cada día, cada descanso éramos él y yo juntos. Se acabó el año el año escolar, salimos a vacaciones, y en ese tiempo no nos podíamos ver pues como dije mis padres no habían aceptado nuestra relación por completo.

En esas vacaciones tampoco nos pudimos ver, fue el mes más largo. Al comenzar el año 2016, comenzamos clases, cada uno iba ya en un grado más avanzado. Compartíamos tantas cosas en común, nos apasionaba bailar y entre otras cosas;  todo era tan lindo cuando estábamos juntos. Jacob comenzó un proyecto de danzas en el colegio, en el cual participé, ya nos veíamos más tiempo, en las mañanas y en las tardes en clase de danzas, aunque algunas veces no me dejaban.  El también pertenecía a una academia de baile, y cuando tenía comparsas yo iba a acompañarlo. Fueron pasando los días y el sentimiento mutuo cada vez era más grande, en vacaciones de semana santa no nos pudimos ver tampoco. Salimos a vacaciones de mitad de año y el 16 de junio cumplíamos nuestro primer aniversario, él me invitó al cc Unicentro, yo acepté y salimos, a escondidas con ayuda de mi sobrino y unos amigos; Jacob se portó muy lindo, nos invitó helado y cuando ya era hora de despedirnos, me dio una hermosa sorpresa, un hermoso peluche con un sombrero adorable y que lo hacía ver especial, tal cual como él lo era para mí. Iban pasando los días de vacaciones y no nos podíamos ver, a mí me dio varicela y él al saber que yo estaba enferma decidió decirle a sus padres que lo acompañaran a mi casa, ya que esa había sido la condición que mis padres habían puesto para aceptar completamente nuestra relación, y así fue, el 4 de julio preparé todo, eran las tres (3) de la tarde cuando llegaron, Jacob y yo estábamos muy nerviosos, era un día muy importante para nosotros y que habíamos esperado con ansias. Todo salió como esperábamos, por fin habían aceptado nuestra relación, desde ese momento todo fue cambiando. Llegaron mis 15 años, Jacob hizo que ese día fuera especial, me hizo una hermosa sorpresa, me dio un tour por el colegio y en ese tour habían estaciones, cada estación tenía un lindo mensaje y un cuanto te quiero, así hasta llegar a la sorpresa mayor, endulzó mi día y mi vida, y no solo con toda la cantidad de chocolates que me regaló sino con cada gesto, con cada demostración de amor de él hacia mí, en ese punto nuestro amor era grande y verdadero.

En diciembre del mismo año fue su grado, al cual me invitó sin contarme lo que en realidad sucedería. A su grado solo fuimos la madre de Jacob y yo, y ocurrió algo que no sabía que sucedería, mi nombre estaba en la lista de acompañantes principales, de gancho a un lado la Sñra Edith ( la madre de Jacob) y del otro lado yo, nos nombraron delante de todos y las cámaras enfocaron nuestro caminar hasta los asientos, fue uno de los días más importantes, estaba compartiendo junto a él un logro, un objetivo realizado, y mi dicha no cabía en ninguna parte, cuando acabó la ceremonia él me acompañó a tomar el taxi que me llevaría camino a casa.

En vacaciones de final de año ya pudimos vernos más seguido y compartimos más momentos juntos. Pero se venían momentos difíciles para el nuevo año 2017, lo aceptaron en la Universidad de Pamplona, aunque era muy bueno y era un objetivo de él, y yo estaba totalmente dispuesta a apoyarlo, era difícil pues eso implicaba separarnos, dejar de vernos tan seguido, nos prometimos antes de despedirnos que íbamos a luchar y salir juntos adelante, y de igual manera nos veríamos cada fin de semana.

Comenzó mi año escolar y el sus clases universitarias, cada día nos despertábamos motivados. En mi colegio nos llamaban para hacer presentaciones de bailes, ensayábamos juntos, y yo volví a crear el proyecto de danzas en el colegio, monté un grupo y él me ayudaba los sábados a ensayar. Así fueron pasando los días, nuestro amor iba creciendo cada día más y más. El 16 de junio cumplimos nuestro segundo (2°) aniversario, salimos a comer y pasamos un día agradable. Fueron pasando los días, en mi casa le fueron agarrando cariño, lo comenzaron a apreciar y aceptar. Ya podíamos ir a pamplona juntos, con la familia de él y paseos con mi hermana, compartíamos momentos en familia. El año 2017 fue un año grandioso, en diciembre pasamos juntos.

Comenzó el año 2018, y cada vez todo era mejor, hemos pasado momentos buenos y malos, y nos hemos apoyado siempre, ya ahora voy en once grado y aunque no ha sido fácil, él ha sido una ayuda inmensa y una de mis motivaciones. Ya cumplimos nuestro tercer aniversario, y vendrán más.

 

NUESTRA HISTORIA NO ACABA AQUÍ…